Una nueva forma de confiar, que abre nuevas posibilidades

La confianza es una condición indispensable para el buen funcionamiento de cualquier comunidad, sistema político, institución, mercado o empresa.

Hoy todas esas confianzas están en crisis y recuperarlas parece ser algo tan urgente, como poco realista. Es como querer recuperar la inocencia en un país, estado o ciudad, donde las cosas que originaron la crisis, no hacen más que extenderse y profundizarse.

Por eso son tan valiosas las aportaciones que está generando la cadena de bloques, porque enfrentan y superan esa crisis de forma radical e instantánea, además de abrirnos a una nueva forma de lidiar con la incertidumbre, a través de contratos incensurables, irrebatibles, inmodificables y autoejecutables (no se requiere de la voluntad de un sujeto obligado a cumplir su compromiso a futuro).

No es ningún secreto, la cadena de bloques es el entorno ideal para economías y modelos de negocio colaborativos.

PREGUNTAS OBLIGADAS

En un momento en que la economía de Hermosillo (y la de Sonora en general) está perdiendo dinamismo, las preguntas que todos debemos hacernos son las siguientes:

  • ¿Cómo pensamos resolver los problemas de siempre?

  • ¿Con la misma fórmula, pero ahora sí bien ejecutada?

  • ¿Por qué no estamos hablando más de estas tecnologías transformadoras?

  • ¿Estamos esperando a que sean los intermediarios (de la confianza) actuales, los que empujan el tema? ¿En serio?

  • ¿Por qué no estamos capacitando a las nuevas generaciones en estas nuevas tecnologías?

  • ¿Por qué las universidades no están estimulando la creación de startups tecnológicas verdaderamente innovadoras en el estado?

  • ¿Por qué las grandes empresas no están invirtiendo una pequeña parte de su presupuesto anual para explorar nuevos productos y servicios basados en estas tecnologías?

  • ¿Por qué no estamos haciendo hoy las cosas que antes no podíamos hacer, cuando no todos estábamos conectados?

Desconocer el tema no significa que no sea importante, crítico para la economía de Sonora.

Manuel Molina

De 1993 a 1997, como directivo en InfoSel, formé parte del equipo que desarrolló la primer red de acceso a Internet en México, instalando nodos de acceso y oficinas comerciales en 32 ciudades del país. Desde entonces he dedicado mi vida a investigar las formas en que la tecnología influye en el comportamiento humano.

Estoy particularmente interesado en redes, plataformas y protocolos con el potencial de:

1) Ampliar el acceso al conocimiento (educación, aprendizaje, análisis de datos, nuevas ideas)

2) Ampliar el acceso al capital (sistema financiero actual, crypto, capital humano, infraestructura tecnológica)

3) Ampliar el acceso al bienestar (salud, wellness, comunidad, entretenimiento, diversión)

Más acerca de mi aquí: https://www.sailorseven.org/acerca

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